jueves, 2 de julio de 2015

Sibaris en el Hotel Windsor... La felicidad hecha comida

Después de algunos meses de tener abandonado mi blog, por diferentes razones, hoy me siento de nuevo a escribir, producto de la fascinación.

Sibaris es un lugar que tiene un gran significado en mi vida, en donde aprendí gran parte de lo que sé hoy y que me dió tanto durante muchos años, a nivel no sólo profesional, sino también humano.
Así es que puede que mi punto de vista sea muy poco imparcial...
Fue la primera vez que me sentaba del otro lado de la cocina, y realmente es tan distinto cómo se trabaja de un lado y cómo se disfruta del otro. 


Podría decir que tuvimos un trato preferencial por haber formado parte de ese equipo, pero la realidad es que Sibaris es uno de esos lugares en donde cada persona que se sienta es tratada de esa manera.  Nadie está apurado, mucho menos nosotras, así que después de la cálida bienvenida de (a mi parcial forma de ver) de uno de los mejores mozos que trabaja en la ciudad, de la recomendación del somelier y de la sugerencia (que por supuesto aceptamos) del chef ejecutivo empezamos a disfrutar de una degustación… de esas que no querés que termine nunca.

Primero llegó un chipirón relleno con carne de cordero sobre crema de choclos con una arena de aceituna negra exquisita, seguimos con un huevo pochado a baja temperatura con un caldo de jamón y champiñones salteados que te daban ganas de pedir un taper para llevar a casa, después llegó una molleja grillada en la plancha, tan suave y crocante que se deshacía con un puré de papas trufado, luego una pasta rellena con brócolis y un pesto de nuez maravilloso, y como si todo esto fuera poco el último de los salados fueron unos bifes en un punto más que perfecto con  verduritas de todos colores sobre una salsita que no descubrí de qué era, pero para mí que era enviada directamente desde el cielo a través de las manos mágicas de Facundo Tochi.

Una vez terminado todo esto, llegó mi momento de gloria que es cuando aparece el azúcar en la mesa.  (El factor sorpresa en las degustaciones me encanta.) Nos mandaron una granita de limón con menta, naranja y frutillas que más fresca no podía estar, después un parfait de frambuesas (de esas que traen del campo y se nota) y un turrón de praliné de frutos y crumble integral que me acuerdo y me quiero volver a pedir un poco más.  Cuando todo parecía haber terminado, nos enviaron una bandejita con petit four que ya no podía ni mirar, pero a la que tampoco me podía resistir, así que probé un helado de té verde que fue el final perfecto de tan placentera noche.


Cerrame la mesa 20 Héctor querido, que con esta alegría me vuelvo a mi casa.  Me han hecho inmesamente feliz esta noche. La grandeza, generosidad y habilidad de Roal Zuzulich se refleja en cada uno de esos platos.  Nunca mejor usada la frase que inmortalizara el gran Gustavo Cerati: Gracias Totales.  A todos, y cada uno de ustedes.  

1 comentario:

  1. Más allá de la reseña a Sibaris, me parece que este es un muy buen blog. Acabo de leer todos los post.
    Felicitaciones.

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