Salí
sin reserva previa así que no debería criticar la mesa que me tocó, pero, como
bien puse debería, la voy a criticar
igual: las luces bajas pueden ser un buen recurso si están bien usadas, pero
cuando no ves (literalmente) nada de lo que te van dejando sobre la mesa,
estamos en problemas. Una sombra
generada por una viga que está justo abajo del foquito, creo que es un punto
importante que el arquitecto podría haber tenido en cuenta y así evitaba que la
persona que se siente ahí tenga que ir deduciendo cada cosa que va probando
cual juego de la niñez en el que te vendaban los ojos y ganabas si acertabas a
adivinar qué era lo que comías. Y ya que
empecé hablando del arquitecto voy a decir también que no estaría mal que
revise el tema de la acústica. Tener
sentada a una persona a menos de un metro de distancia y estar cada tres
palabras preguntando: ¿qué? ¿qué? Porque no escuchás nada de lo que dice es irritante!!
(Y eso que no me irrito fácil, bueno, no tanto, bueno, a veces, bueno sí, y
qué??????????????)
Entonces
de nuevo, no pretendo que llames a un arquitecto súper experimentado en el tema
si querés abrir un restaurante (aunque no estaría mal, de paso conozco uno que la rompe y si mencionás esta
nota te consigo beneficios exclusivos) pero por lo menos llamá a uno que cuando
veían iluminación y ruidos no le haya copiado el examen al que tenía sentado al
lado!!
Nos
deja la carta. Leo. Cierro. Vuelvo a leer. ¿Me puedo ir?
Y
no, ya está. Ya me senté, estoy en mi mesa, con la sombra
arriba de lo que supongo debe ser la panera.
Pido entrada, pido principal. No
me preguntes el punto de la carne, total seguro que el cocinero adivina cómo me
gusta y acierta!! La suerte está echada.
Carta
de vinos. Son innovadores y ponen sólo
bodegas boutique. Ninguna conocida. Buenísimo, apoyo a los pequeños productores,
pero pará, capacitá a tus mozos y que me tiren una pista!!! Pará!! Porfa!!! No te vayas!!! Ayudame!!! No, ninguna pista, nadie sabe
nada. Elige tu propia aventura y que
Dios te ayude.
Yo
entiendo que ser camarero, para la mayoría, es un trabajo de paso, un currito
para después hacer otra cosa. ¿Pero eso te justifica? ¡Ponele un poquito de
onda!
Sobre
la entrada no voy a decir nada porque no quisiera ser hiriente. Y sobre el principal voy a decir que tal vez
juzgué mal al arquitecto, y que todo fue minuciosamente pensado para que nunca
te enteres si el cocinero le pegaba al punto de la carne, al menos visualmente.
Y si la torre de no sé qué, que pretende
ser el acompañamiento, se te desmorona de sólo mirarla tampoco te enteres.
Nos
queda el final. Si algún día se llevan los platos, si algún día me traés la
carta de postres, si alguien se acuerda que estoy debajo de la viga con la
sombra de compañía. ¿Hola? ¿Hola?
No quiero ser ansiosa, pero terminé de comer
hace hora y quince, mañana me levanto temprano. Posta, vos me traés la carta,
yo elijo algo rápido, me como un dulce y terminamos con el tema. De verdad te
digo. Porfa mirame. Porfa mirame.
Mirameeeeeeeee. Ok, ganás vos. No me mires, nos levantamos y pagamos en la
barra. Me como un chocolate cuando llego
a casa ¿total sabés qué? Tengo un
montón!!!!
Barrio Guemes. Córdoba. 17 de mayo de 2014
LUCIA:
ResponderBorrarMe encantó el comentario de la recomendación del arquitecto !!
Todo queda en familia, no ?? Jejeje
Saludos. Roberto Colmenarejo